Equipos como las unidades de ondas de choque han supuesto un gran avance en el combate frente a las dolencias musculares y óseas, especialmente la fibromialgia, enfermedad para la que, de momento, no existe un tratamiento más que sintomático. Estamos ante una enfermedad que afecta no sólo la vida de las personas que la sufren, sino también de aquellos que las rodean.